Ragdoll (Muñeco de trapo), Daniel Cole
Ragdoll • Fawkes
y Baxter #1
Grijalbo •
2018 • 480 págs.
Seis víctimas y un único cadáver hecho con retales de todas ellas.Una carta con el nombre de las seis próximas personas condenadas a morir.Un malévolo juego del gato y el ratón con un asesino que desafía a la policía y un país entero que contiene el aliento.Y es que esa mente perversa siempre va un paso por delante.Un thriller taquicárdico. Un peligroso desafío en el que es imposible no involucrada.
«El cuerpo desnudo, contorsiones de forma
antinatural, parecía flotar un palmo por encima de las irregulares tablas del
suelo. Estaba de espaldas al salón, mirando hacia el inmenso ventanal. Cientos
de hilos casi invisibles mantenían sujeta la figura, anclados a su vez a dos
ganchos metálicos industriales.»
¿Verdad que la sinopsis sueña genial?
¿Verdad que todo debería haber sido espectacular según ella? Sí se emocionaron
tanto como yo con la premisa les recomendaré que bajen sus expectativas para
que no se decepción en tanto como yo. Y no, no es que sea un libro terrible o
poco interesante… es que los personajes no aportan lo suficiente para sentir
que la historia —o lo que les está ocurriendo— es importante. Cole, we could
have had it all.
La historia abre en 2010, durante el fin
del juicio de Naguib Khalid está siendo acusado del asesinato e incineración de
varias prostitutas menores de edad, lo que le ha ganado el apodo de Asesino
Incinerador en los medios que han estado siguiendo el espectáculo. Entre los
espectadores a la espera del resultado se encuentra el detective Fawkes, quién
lideró la investigación y está completamente seguro de la culpabilidad del
acusado. El problema es que algunas declaraciones han sido contrarias, se
demostró que el detective había plantado pruebas y una carta mencionaba que tal
vez no se encuentra perfectamente. Esos factores llevan a que el jurado lo
declare inocente… y que Fawkes intente matarlo con sus propias manos antes de
que sea puesto en libertad.
—Agente de la Policía Metropolitana e investigador jefe de los asesinatos del Ragdoll… Sargento detective William Oliver Layton-Fawkes —recitó Ford emocionado, recibiéndolo con un breve aplauso—. Pero es Wolf, ¿verdad? Un nombre genial. Un lobo entre las ovejas, ¿no?
La acción de Fawkes resulta en condena
pública hacia la policía en general y una internación en un hospital
psiquiátrico para él. Pero eventualmente el destino se ocupa de demostrar que
el detective siempre tuvo la razón cuando Khalid es encontrado con el cuerpo de
otra muchacha y condenado por sus crímenes. En 2014, Fawkes —también conocido
como Wolf— está de regreso en su puesto, viviendo en un departamento pequeño
luego del divorcio de su esposa y trabajando con Baxter —su compañera— otra
vez. Pero aparentemente el detective está condenado a verse involucrado con
asesinatos importantes, porque es junto frente a su nuevo hogar que se descubre
un cadáver poco común: está construido con los retazos de lo que claramente son
6 personas distintas, la cabeza pertenece al Asesino Incinerador… y está
apuntando directamente a la ventana de Wolf.
El departmento de policía de Londres
empieza a trabajar en el caso liderados por Wolf, su supervisor Finley, Baxter,
el novato Edmunds y su jefe Simmons. Intentar reconocer las partes del “muñeco”
y sus dueños podría ser la clave para resolver el caso rápidamente, pero todo
se complica cuando Andrea —la ex-esposa de Wolf— recibe un sobre que incluye
los nombres y futura fecha de muerte de otras 6 personas, una lista encabezada
por el mismísimo alcalde. ¿Serán los detectives capaces de descubrir el vínculo
entre el cadáver y las futuras víctimas? ¿Por qué es Wolf a quien el asesino
parece querer llamar la atención? ¿Será la policía capaz de evitar las muertes
anunciadas mientras toda la prensa observa?
¿Estaría trastornada? ¿Era mejor tener recuerdos inquietantes que no tener ninguno? ¿Era mejor sentirse atemorizada y en guardia que no sentir nada? ¿Sería ese el tipo de preguntas que se hacía el asesino para justificar sus atrocidades?
El primer tercio del libro se siente
emocionante y bastante macabro con las descripciones del «muñeco de trapo»
creado por el asesino, pero a medida que la historia avanza y vamos conociendo
a los protagonistas las cosas sólo comienzan a decaer. Primero tenemos a la muy
típica figura del policía moralmente gris de esta clase de novelas —no siempre
de acuerdo con lo que dice la justicia, tiene un pasado algo oscuro, es una
figura depresiva/traumada— y mientras más avanzas más molesto se hace el
constante salto de puntos de vista, porque si al llegar al final no te importan
las acciones del protagonista ¿cuál era el sentido de todo? Su relación con la
detective Baxter —que también es un cliché— carece totalmente de química, sin
embargo el autor se empeña en recalcar que los sentimientos de ambos son más
que una amistad, y lo único que acaban demostrando es que este equipo de
policía es terrible.
Más o menos a la mitad del libro —que no
olvidemos tiene casi 500 páginas— ya pasaba de todo lo que les ocurriera y sólo
me interesaba realmente el novato, a quien nadie parecía querer escuchar aunque
era la única persona en toda la unidad que realmente estaba investigando y
llegando a conclusiones reales. Edmunds es el mejor personaje y ahora tengo
miedo de que no vaya a estar en el próximo libro, porque la serie —cuando
comencé no sabía que sería una serie— se llama Fawkes y Baxter, y siento que me
frustro sólo con leer eso. Sobra decir que cuando llegué al tercio final lo
único que me interesaba era saber quién era el asesino, e incluso eso se volvió
decepcionante por culpa de Wolf.
Existe Dios. Existe el diablo. Los demonios campan entre nosotros.
Si dejo de lado mis opiniones sobre esos
personajes tan mal construidos puedo admitir que hay varias escenas geniales a
lo largo del libro —que en un principio se había concebido como una obra de
teatro— y también está cargado de un humor negro que aparece cuando menos te lo
esperas. A pesar de su extensión es un libro que no tardas mucho en leer si
—como yo— eres un lector que se obsesiona con resolver los misterios. Por lo
tanto, ¿es un libro terrible? NO, sobretodo cuando se considera que es el primero
del autor y que a muchos otros sí les ha convencido. De forma personal me quedo
con otro libro similar: El muñeco de nieve, de Jo Nesbø, que también tiene un criminal
que descuartiza personas y un policía cliché, pero al menos Harry Hole se gana
al lector con sus peculiaridades, a diferencia de Fawkes.
Gracias a Penguin Random House por el
ejemplar
Otras ediciones
Aunque Ragdoll fue un decepción para mí, mientras escribía la reseña estuve mirando comentarios del siguiente libro y me parece que podría ser mejor. Tal vez lo lea, tal vez no. No se puede negar que a veces es bueno cambiar de género 🙆