Máquinas mortales, Philip Reeve
Mortal Engines • Máquinas mortales #1Alfaguara • 2017 • 368 págs.
Goodreads
Londres está en movimiento. Su presa podrías ser tú...
Londres es una ciudad sobre ruedas: una ciudad como nunca habías visto. Tras la terrible Guerra de los Sesenta Minutos, las ciudades que sobrevivieron al apocalipsis se convirtieron en depredadoras, persiguiendo a ciudades menores y alimentándose de ellas.
Londres es una de ellas y se encuentra a la caza de una pequeña urbe, cuando Tom se topa con una joven asesina. Ambos acabarán en la Región Exterior, un páramo desolador marcado por las huellas de las ciudades ambulantes. Este es el comienzo de una gran aventura para estos dos chicos, que tendrán que aliarse para poder sobrevivir.
«Recordaba todo lo que había oído acerca de la Guerra de los Sesenta Minutos y cómo las terribles y atronadoras armas de los Antiguos habían reventado sus ciudades estáticas y envenenado la tierra y el cielo.»
Por cerca de mil años los Londinenses han estado viviendo en una ciudad de varios niveles de altura en constante movimiento y que para sobrevivir debe alimentarse de otras ciudades más pequeñas, integrándolas a ella para conseguir combustible y recursos básicos para sobrevivir. Esta es la forma de vida predominante desde que ocurrió la Guerra de los Sesenta Minutos, donde la humanidad —gracias a sus guerras y sus armas— dañó tanto la tierra, que fue imposible seguir viviendo con los pies en el suelo.
Desde entonces las cosas han sido relativamente tranquilas, las ciudades recorren caminos lentamente para acelerar cuando observan una presa adecuada, o para escapar si ven que se han convertido en el blanco de una ciudad más grande, es la nueva clase de selección natural en funcionamiento. En Londres, dos grandes gremios están a cargo de las cosas en general: los ingenieros y los historiadores. Los ingenieros están realizando constantes investigaciones para crear formas de hacer la ciudad más sustentable, para encontrar formas de mantenerla en movimiento y de ser menos vulnerables ante sus posibles enemigos, y el potencial problema que esto pueda generar es el motivo por el que no se llevan demasiado bien con los historiadores.
La misión del gremio de los historiadores es preservar todo resto útil que pueda ser encontrado del tiempo de las Guerras o previo a estas. En el museo guardan resto de armas, muebles, tecnología ya obsoleta, libros y cualquier cosa que aumente el conocimiento del pasado —y nos ayude a evitar cometer los mismos errores. A pesar de que los historiadores son vistos como la parte más débil, es un miembro de su gremio el más célebre habitante de Londres, Valentine. Es Valentine quien está encargado de ir a revisar los hallazgos de la última "caza" cuando Tom —un aprendiz de historiador— es castigado y enviado a ayudar a los niveles inferiores por haber golpeado a otro aprendiz.
Pronto la ciudad se afanaba en la feroz persecución, una montaña de metal en movimiento que se alzaba en siete alturas como los pisos de una tarta nupcial, los niveles inferiores envueltos en el humo de los motores, las villas de opulento y fulgurante blanco de los estratos superiores y, por encima de todo, la cruz de la cúpula de la catedral de San Pablo, con sus destellos de oro, a más de seiscientos metros sobre la arruinada tierra.
Tom —uno de nuestros protagonistas— es un huérfano que vive con el gremio de historiadores aunque al no tener dinero es sólo de tercer nivel (a diferencia de aquellos que son patrocinados por sus familias), aunque eso no ha impedido que sueñe con vivir aventuras similares a las de Valentine, que ha viajado lejos de Londres para traer siempre cosas nuevas a la ciudad. El día en que su vida cambia es justamente gracias a su héroe, a quien salva la vida frente a su hija —de quien queda prendado inmediatamente— luego de que una extraña chica con rostro deforme intente acabar con él. Ella es Hester, y aunque a Tom no le guste demasiado, sabe más cosas de Valentine que él y mantenerse juntos es la única forma de sobrevivir cuando se ven fuera de Londres y heridos.
Hester y Tom son la herramienta del autor para mostrarnos cómo es el resto del mundo. Los pueblos que han vuelto a tierra firme y cómo han logrado volver a generar recursos en amplios terrenos muy bien protegidos —recursos que Londres desea. Tom se ve constantemente dividido entre la lealtad que poco a poco siente hacia Hester (a pesar de su deseo de venganza) y las personas que conocen en el camino, y su deseo de proteger el único lugar que ha sido su hogar. Porque Hester tiene motivos para querer matar a Valentine, y los Antitraccionistas tienen su propia agenda contra Londres, porque el hallazgo más grande de Valentine, MEDUSA, es un arma que podría hacer de Londres la ciudad más grande y temida debido a su gran poder destructivo.
—¡Es horrible! —refunfuñaba—. ¡Qué difícil es poder andar por aquí, con toda esta hierba...! Y habrá animales salvajes o serpientes... ¡Ya empiezo a entender por qué nuestros antepasados decidieron dejar de vivir en el suelo!
La otra parte de la historia, lo que ocurre dentro de Londres lo vemos a través de Kate, la protegida y curiosa hija de Valentine que ve las injusticias que ocurren en los niveles inferiores de la ciudad y decide hacer algo al respecto, porque es imposible que su padre sepa de esto ¿verdad? Kate también vive varias aventuras junto a su lobo llamado Perro y un joven aprendiz de los ingenieros que es testigo de algo que no debería haber visto. Aunque Máquinas mortales es en general una lectura rápida y divertida porque los protagonistas están constantemente en alguna situación complicada, la historia se siente demasiado introductoria y, no sé, algo hay en la narración que corta la fluidez, que no se siente como si estuvieras leyendo una sola historia bien pensada y desarrollada sino más bien varios trocitos cortados de algo más grande, lo que incluso afecta la conexión casi inexistente se siente hacia/entre los personajes.
Lo que le juega más en contra a lo anterior es, con todo el dolor de mi corazón, la pésima edición del libro. La portada es maravillosa y el arte que eligieron genial y lo primero que me llamó la atención, esto seguido de cerca por la sinopsis y las reseñas en inglés que abundan en Goodreads. ¿Qué ocurrió entonces? Por lo que dice el libro la traducción es de hace varios años —y no es un problema— pero parece que olvidaron que también es necesaria la corrección y revisión antes de una reedición. Abundan los errores tipográficos, los tiempos verbales que no corresponden e incluso el incorrecto uso de guiones, donde en medio de un diálogo se introducen pensamientos que cortan las escenas y van matando lentamente las ganas de continuar.
—¡Me iba a hacer igual que él! —gritó Hester—. ¿No oíste lo que dijo? Me iba a convertir en lo que siempre quise: nada de recuerdos, nada de sentimientos.
Porque eso fue lo que me pasó y el motivo de la nota del libro. Cuando recién lo empecé leí 70 páginas en poco más de una hora y me enganché de inmediato, pero a medida que avanzaba y me encontraba con los errores perdía las ganas de seguir y pausaba constantemente, lo que me llevó a terminar el libro casi 5 días después de lo planeado —que es mucho, porque no tiene mayor complejidad y las cosas suceden rápido en la historia. Mi esperanza es que en el siguiente libro esos errores sean corregidos, porque escapan de la crítica que uno pueda hacerle a la obra como tal y aunque el libro me gustó en general, me planteo si no lo hubiera disfrutado más en el idioma original.
Reeve construyó una distopía/ciencia ficción con todos los elementos para ser espectacular y apunta desde ya alto con un final ambicioso para el primer tomo de la tetralogía Máquinas mortales, donde las principales preguntas que quedan al lector es ¿y qué va a pasar ahora? ¿Dónde están las otras ciudades y cómo varían de la que ya conocemos? ¿Hay más tecnología en otro lugar? Hay un mundo inexplorado lleno de posibilidades por delante y probablemente nuevos problemas, porque aparentemente la historia realmente está condenada a ser repetida por culpa de la ambición del hombre, y la balanza entre quienes viven en ciudades móviles y en la tierra no está equilibrada.
No sabía lo que era él, pero sabía que no era un héroe.
Gracias a Penguin Random House por el ejemplar
Otras ediciones
Olvidé mencionarlo más arriba, pero mi parte favorita de la historia fue la relación de Hester con Shrike, unas de las mejor construídas y que me dejó con más curiosidad. ¡Ahora me voy a terminar La bella salvaje porque lo estoy amando y se nos acaba el 2017!