Steelheart, Brandon Sanderson
Steelheart • Los Reckoners #1Nova (B) • 2016 • 416 págs.
Goodreads
Diez años atrás, Calamity irrumpió en la ciudad en la forma de una explosión en el cielo que otorgó a algunos seres poderes extraordinarios. A estos se los empezó a llamar Épicos, y pronto subyugaron a la población empleando sus increíbles poderes con el afán de gobernar la voluntad de los hombres y conquistar el mundo. Ahora, un tirano y furioso Épico llamado Steelheart se ha proclamado dueño y señor de la ciudad de Chicago Nova. De él se dice que es invencible; ninguna bala puede hacerle daño, ninguna espada puede atravesar su piel, ningún fuego quemar su cuerpo. Nadie se atreve a desafiarlo…Nadie salvo los Reckoners, un grupo clandestino que no goza de poderes pero sí de una férrea disciplina, conseguida tras pasarse la vida estudiando el comportamiento de los Épicos con el objetivo de hallar sus puntos débiles y poder así exterminarlos. El joven David Charleston se unirá a ellos con el fin de vengar la muerte de su padre a manos de Steelheart. Los Reckoners quieren venganza, y el chico tiene una cualidad que le distingue del resto: sabe que el Épico no es invencible. David es el único que ha visto sangrar a Steelheart.
«Los héroes vendrán...»
Vuelvo con Sanderson, esta vez un libro del que me hablaron todo el año pasado y que tal vez habría encontrado maravilloso si no hubiera leído antes El imperio final (Sanderson) y Vicious (V.E. Schwab). No me mal entiendan, me gustó Steelheart: es original, tiene algunos personajes muy interesantes y buen ritmo, peeeeeero me pasé un 80% del libro preguntándome dónde estaba toda esa awesomidad de la que me habían hablado y logré encontrarla en la parte final.
Primero la historia: Hace diez años —en el mundo totalmente normal en el que vivimos— algo extraño sucedió, una explosión en el cielo fue el anuncio de la llegada de Calamity (¿Qué es? Nadie lo sabe, al menos yo todavía no lo sé) y con ello el inicio de los humanos con poderes, ahora llamados "épicos". En la confusión de los primeros momentos nadie sabía qué esperar de ellos aunque la mayoría esperaba el alza de los súper héroes, entre ellos se encontraba el papá de David, que luego de una gran catástrofe en el banco descubrió que más bien nos encontraríamos dominados por súper villanos. Los épicos no tuvieron problema para separarse en facciones e intentar dominar ciudades, recursos y por supuesto a las personas y sus propios compañeros que pudieran amenazar su poder. Things were not cool.
Ese día en el banco de Chicago Nova, el pequeño David pudo ver la verdadera naturaleza de estos supuestos héroes cuando Steelheart —un épico muy poderoso capaz de convertir los objetos inanimados en acero y presuntamente indestructible— llegó a detener a un épico menor que intentaba hacerse con el poder, lo aeliminó y además acabó asesinando a todo el mundo presente en el lugar —incluído a su padre, quien intentó salvar al poderoso y acabó hiriéndolo por error. Un error del que nadie tiene recuerdos gracias a Steelheart. Pero David logró ocultarse y escapar, y en estos 10 años no ha hecho nada más que estudiar a todos los épicos y sus debilidades para vengarse del asesino de su padre, aunque para eso necesite unirse a un grupo que es casi un mito: Los Reckoners.
En toda opresión tenemos un grupo que resiste, en este caso los buenos son los humanos que no tienen poderes, pero que van eliminando a épicos poco a poco en operaciones que sólo ellos tienen la capacidad de llevar a cabo. Aunque asumimos que son un grupo más grande en el primer libro conocemos sólo a el Profesor, Tia, Abraham, Cody y su más reciente miembro, Megan. David logra su invitación de forma bastante poco ortodoxa, pero su idealismo, entusiasmo y ganas de venganza resuenan en el profesor. Gracias a David los Reckoners tienen un nuevo plan para hacerle ver a la gente común que los épicos no son indestructibles: eliminarán al mísmisimo Steelheart y sus secuaces.
Como siempre seré totalmente honesta y reconoceré que me pasé las primeras 3 partes del libro plantada firmemente en darle al libro 3 (un I liked it en idioma Goodreads). Los personajes funcionan bien como un colectivo, pero la verdad es que si comienzas a analizarlos individualmente son una pila de estereotipos andantes. David por supuesto es el menos experimentado del grupo pero llega conociendo las respuestas a todo. El profesor tiene un pasado misterioso que lo convierte en alguien especialmente antagonista hacia Steelheart pero supongo que Sanderson se está guardando la información para la continuación. Tia es inteligente y la "mamá" del grupo pero pocas veces vemos su potencial o intervenciones más allá de una voz narrando lo que ve por las cámaras. Abraham es el antisocial del que no logro recordar más (y terminé el libro AYER) y Cody el encargado de las bromas y el humor. Dejo a Megan para el final porque si bien creo que vendrán más cosas para ella, quería meterme a darle un puñetazo a David que la veía como poco más que un cuerpo. Las menciones a su trasero y escote abundan y sobran, Sanderson.
Entenderán de eso que persiste mi problema ya descubierto en su libro anterior de la falta de personajes femeninos con relevancia, diría que entre Megan y Tia hacen poquito menos de una Vin. Pero bueno. El libro empieza lleno de acción, con escenas que realmente te tienen queriendo deborar las páginas para saber qué va a suceder yyyy de pronto se estanca. Pierde velocidad, poca cosa sucede y el lector puede perder el interés —a mí me pasó, tuve el libro parado 10 días cuando me quedaban 120 páginas para el final— pero, a ese lector le digo que siga adelante, porque las cosas vuelven a ponerse interesantes.
Steelheart en el banco |
En toda opresión tenemos un grupo que resiste, en este caso los buenos son los humanos que no tienen poderes, pero que van eliminando a épicos poco a poco en operaciones que sólo ellos tienen la capacidad de llevar a cabo. Aunque asumimos que son un grupo más grande en el primer libro conocemos sólo a el Profesor, Tia, Abraham, Cody y su más reciente miembro, Megan. David logra su invitación de forma bastante poco ortodoxa, pero su idealismo, entusiasmo y ganas de venganza resuenan en el profesor. Gracias a David los Reckoners tienen un nuevo plan para hacerle ver a la gente común que los épicos no son indestructibles: eliminarán al mísmisimo Steelheart y sus secuaces.
Como siempre seré totalmente honesta y reconoceré que me pasé las primeras 3 partes del libro plantada firmemente en darle al libro 3 (un I liked it en idioma Goodreads). Los personajes funcionan bien como un colectivo, pero la verdad es que si comienzas a analizarlos individualmente son una pila de estereotipos andantes. David por supuesto es el menos experimentado del grupo pero llega conociendo las respuestas a todo. El profesor tiene un pasado misterioso que lo convierte en alguien especialmente antagonista hacia Steelheart pero supongo que Sanderson se está guardando la información para la continuación. Tia es inteligente y la "mamá" del grupo pero pocas veces vemos su potencial o intervenciones más allá de una voz narrando lo que ve por las cámaras. Abraham es el antisocial del que no logro recordar más (y terminé el libro AYER) y Cody el encargado de las bromas y el humor. Dejo a Megan para el final porque si bien creo que vendrán más cosas para ella, quería meterme a darle un puñetazo a David que la veía como poco más que un cuerpo. Las menciones a su trasero y escote abundan y sobran, Sanderson.
Nos basábamos en una tecnología que no entendíamos del todo para estudiar a criaturas enigmáticas que ni siquiera sabían cómo hacían lo que hacían. Éramos como sordos intentando bailar a un son que no podíamos oír mucho después de que la música hubiese parado. O... espera un momento: no sé qué pretendo decir con eso.
Entenderán de eso que persiste mi problema ya descubierto en su libro anterior de la falta de personajes femeninos con relevancia, diría que entre Megan y Tia hacen poquito menos de una Vin. Pero bueno. El libro empieza lleno de acción, con escenas que realmente te tienen queriendo deborar las páginas para saber qué va a suceder yyyy de pronto se estanca. Pierde velocidad, poca cosa sucede y el lector puede perder el interés —a mí me pasó, tuve el libro parado 10 días cuando me quedaban 120 páginas para el final— pero, a ese lector le digo que siga adelante, porque las cosas vuelven a ponerse interesantes.
Llegando a la
cuarta parte reapareció el Sanderson que me hacía gritas YAASS en Mistborn —y honestamente ayudó a eso que los comentarios de lo buena que
estaba Megan desaparecieran, Dios nos salve de la calentura juvenil
cuando el mundo está siendo "gobernado" por dictadores con súperpoderes y todos están constantemente a punto de morir— el de los giros inesperados, el de la narración que te captura y no desea volver a soltarte, ese Sanderson. Esas últimas 80 páginas le dieron la media estrella más, especialmente por la única
revelación que no me veía venir en el último capítulo. Espero que el
segundo libro siga por ese camino y que nos encontremos a nuevos
Reckoners y épicos de poderes extraños, porque hay mucho material aquí y el autor es más que capaz de aprovecharlo todo y deslumbrarnos en el camino.
Ps. Also, me pasé medio libro pensando en Victor de Vicious así que gracias por eso, Sanderson ♡ ¿Se imaginan el potencial de la historia contada por los anti-héroes? ¡Deseaba tanto que hubiera al menos un capítulo contado por Steelheart! Pero bueh, de momento para eso eso a Schwab y su próximo Vengeful.
Los héroes vendrán... aunque tal vez tengamos que echarles una mano.
Gracias a Ediciones B por el ejemplar
Otras ediciones
Creo que dejaré Firefight para el próximo mes, luego de El pozo de la ascención y Elantris para recoinciliarme con mis altas expectativas (espero). Si son de los muchos que amaron Steelheart a morir, les recomiendo los otros libros del autor 😉
Creo que mejor deberías leer Firegight antes de Elantris y EL pozo de la ascensión así no tiene que luchar al listón que puede que dejen esos dos xDD Igual aún no he leído estos así que no sé que me parecerán. Y seguro pasaré pensando en Victor también cuando lo lea.
ResponderEliminarBesitos.