Nos vemos en el cosmos, Jack Cheng
See You In the Cosmos • AutoconclusivoNube de tinta • 2018 • 320 págs.
Goodreads
Alex es un enamorado del cosmos y de las naves espaciales. Con solo once años, su sueño es emular a Carl Sagan y mandar su iPod al espacio, como su héroe mandó los discos de oro Sonidos de la Tierra a bordo de las naves Voyager en 1977.
De Colorado a Nuevo México y de Las Vegas a L.A., Alex hará grabaciones de la Tierra, su tierra. En su viaje, sin rumbo fijo, se encontrará con gente perdida, divertida y excepcional que de alguna manera lo preparará para enfrentarse a la verdad sobre la muerte de su padre. Alex aprenderá que, a pesar de tener una madre problemática y un hermano casi siempre ausente, su familia está ahí para él, más de lo que pensaba.
El objetivo de Alex era alcanzar el cosmos, pero su destino final será él mismo.
«Me llamo Alex Petroski y mi casa está en Rockview, Colorado, Estados unidos de América, planeta Tierra. Tengo once años y ocho meses, Estados Unidos tiene doscientos cuarenta y dos años, y la Tierra, 4.500 millones de años. No estoy muy seguro de cuántos años tiene mi casa.»
Interrumpo mis vacaciones (❤) para hablarles de este divertido y tierno nuevo título disponible en el paìs de Nube de tinta, del autor Jack Cheng. Nos vemos en el cosmos es un libro de aventuras, el literal viaje de descubrimiento de un niño que ama el espacio y a su perro 𑁋no necesariamente en ese orden𑁋 en su intento de capturar sonidos de la Tierra para compartir a otros seres que tal vez existan en el universo.
Alex, que más arriba nos contó donde vive y su edad, vive junto a su madre y mejor amigo canino, Carl Sagan. Probablemente reconozcan el nombre de uno de los astrofísicos más famosos de la historia, creador original de la serie Cosmos y el héroe de nuestro pequeño protagonista. Aunque sólo tiene 11, Alex está seguro de que su actitud y responsabilidad se traducen en al menos unos trece años, ya que desde que su hermano Ronnie se fue para seguir su carrera como agente, él es el encargado de limpiar la casa y cocinar cuando su mamá está teniendo sus días de relax en los que no se levanta de la cama.
Con el "permiso" de su madre y del hermano que parece que nunca escuchar lo que le dice por teléfono, Alex está listo para asistir a la competencia de lanzamiento de cohetes en Nuevo México junto a los amigos que ha hecho en un foro y, al igual que hizo su héroe cuando envió los Sonidos de la Tierra en el disco de oro en el Voyager en 1977, enviar su iPod dorado al espacio, con historias de su vida y otros sonidos que desea captar en su viaje. En el camino a Nuevo México 𑁋que no estará exento de complicaciones𑁋 Alex encontrará nuevos sonidos, amigos y aquello que sin saber realmente, ha estado buscando.
Disfruté un montón de este libro y uno de los motivos principales fue la habilidad del autor de transmitir la pasión que Alex siente por la astronomía en todo momento, sus ganas interminables de cumplir sus metas, la inexistencia de imposibles en su cabeza y la inocencia con la que 𑁋a pesar de sus circunstancias algo anormales𑁋 es capaz de ver el mundo y a las personas que lo habitan. A veces esto le juega en contra, porque está tan decidido a cumplir sus metas o a imaginar las cosas de cierta forma que se niega a ver la realidad tal como es, pero los niños son resilientes y la historia de Alex es prueba de ello.
Hay varios compañeros de viaje en la vida de Alex: Zed 𑁋que está haciendo un voto de silencio pero parece ser quien mejor lo comprende, tal vez por eso mismo𑁋, Steve 𑁋constantemente intentando iniciar estafas piramidales, un emprendedor ante los ojos de Alex, Carl Sagan 𑁋el mejor amigo adoptado y compañero de aventuras, casi siempre tímido y temeroso de las multitudes𑁋, Ronnie 𑁋el hermano mayor que necesita un remezón𑁋, Terra 𑁋el factor inesperado en la vida de nuestro protagonista𑁋, y todos ellos se ven tocados por la forma de ver el mundo de este pequeño de once años que graba su vida como si estuviera hablando con alguien más a miles de años luz de distancia.
Con capítulos cortos, un formato que depende de la capacidad del iPod de captar las conversaciones, y los constantes eventos que se suceden durante el viaje, Nos vemos en el cosmos no tiene grandes escenas de acción, pero sí fluye de forma tan sencilla que se convierte en un libro que se puede devorar en tan solo un par de horas, dejando al lector con el corazón llenito. Un libro middle-grade para ser disfrutado por chicos y grandes, adorable, divertido, lleno de valores y con el que es imposible no emocionarse.
Y Zed dijo que precisamente por eso debía ser fuerte, porque si uno es valiente sólo cuando es feliz, eso no es valentía.
Con el "permiso" de su madre y del hermano que parece que nunca escuchar lo que le dice por teléfono, Alex está listo para asistir a la competencia de lanzamiento de cohetes en Nuevo México junto a los amigos que ha hecho en un foro y, al igual que hizo su héroe cuando envió los Sonidos de la Tierra en el disco de oro en el Voyager en 1977, enviar su iPod dorado al espacio, con historias de su vida y otros sonidos que desea captar en su viaje. En el camino a Nuevo México 𑁋que no estará exento de complicaciones𑁋 Alex encontrará nuevos sonidos, amigos y aquello que sin saber realmente, ha estado buscando.
Disfruté un montón de este libro y uno de los motivos principales fue la habilidad del autor de transmitir la pasión que Alex siente por la astronomía en todo momento, sus ganas interminables de cumplir sus metas, la inexistencia de imposibles en su cabeza y la inocencia con la que 𑁋a pesar de sus circunstancias algo anormales𑁋 es capaz de ver el mundo y a las personas que lo habitan. A veces esto le juega en contra, porque está tan decidido a cumplir sus metas o a imaginar las cosas de cierta forma que se niega a ver la realidad tal como es, pero los niños son resilientes y la historia de Alex es prueba de ello.
O a lo mejor estáis siempre tristes, tenéis tres corazones y un pulmón y los corazones laten gracias a la tristeza, y el pulmón respira gracias a ella. La tristeza os mantiene con vida.
Hay varios compañeros de viaje en la vida de Alex: Zed 𑁋que está haciendo un voto de silencio pero parece ser quien mejor lo comprende, tal vez por eso mismo𑁋, Steve 𑁋constantemente intentando iniciar estafas piramidales, un emprendedor ante los ojos de Alex, Carl Sagan 𑁋el mejor amigo adoptado y compañero de aventuras, casi siempre tímido y temeroso de las multitudes𑁋, Ronnie 𑁋el hermano mayor que necesita un remezón𑁋, Terra 𑁋el factor inesperado en la vida de nuestro protagonista𑁋, y todos ellos se ven tocados por la forma de ver el mundo de este pequeño de once años que graba su vida como si estuviera hablando con alguien más a miles de años luz de distancia.
Con capítulos cortos, un formato que depende de la capacidad del iPod de captar las conversaciones, y los constantes eventos que se suceden durante el viaje, Nos vemos en el cosmos no tiene grandes escenas de acción, pero sí fluye de forma tan sencilla que se convierte en un libro que se puede devorar en tan solo un par de horas, dejando al lector con el corazón llenito. Un libro middle-grade para ser disfrutado por chicos y grandes, adorable, divertido, lleno de valores y con el que es imposible no emocionarse.
¿Y si todas las veces que amamos. que somos valientes, que decimos la verdad nos volvemos cuatridimensionales, tan grandes como el cosmos?
Gracias a Penguin Random House por el ejemplar
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¡Fin de las transmisiones por hoy! Vuelvo a las vacaciones, nos vemos la próxima semana ;)
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